viernes, 30 de septiembre de 2011

Bicicrítica

    Entiendo aunque no comparto, porque yo también soy conductor y ciclista, e incluso peatón.

     Entiendo que la libertad hay que ejercerla en vez de pedirla, de la misma manera que el respeto hay que ganárselo en vez de exigirlo: si cada día usamos el coche cuando podríamos usar el transporte público, si cada día viajamos solos en nuestros inmensos coches cuando podríamos compartirlos, si cada día sobrepasamos un cruce aún sabiendo que no podremos atravesarlo, si cada día nos saltamos un semáforo, o un paso de cebra, o un ceda el paso… Si cada día aparcamos en doble fila junto al colegio de nuestros hijos o en la puerta de un restaurante o junto a un kiosco de prensa, si cada día circulamos a excesiva velocidad, hablando por el móvil o incluso bebidos, si cada día ponemos nuestro granito de arena para alimentar esa enorme boina que cubre nuestra ciudad, es lógico que un día al mes alguien reaccione y nos haga sentir el mismo desprecio, insulto, menoscabo, discriminación, impotencia y rabia que generan los abusos de cada día.

     Todos los conductores no somos así, de la misma manera que no todos los que acudimos a la bicicrítica merecemos que se nos tache de irrespetuosos. Además, no es una reivindicación que la bicicleta sea considerada un medio de transporte, sino que lo exige la ley: tenemos que ir por la calzada, como un vehículo mas.

     ¿Quién es el que no respeta? Indudablemente el más fuerte, aunque paradójicamente sea el que tiene la obligación moral y legal de respetar al más débil. Una vez al mes el grupo es más fuerte pero olvidamos que, todos los días, el fuerte es el conductor.

     Lamento que para dar espacio a unos haya que quitárselo a otros pero es el precio de vivir en sociedad.

     Entiendo la necesidad de hacer la bicicrítica, y entiendo que haya energúmenos tanto entre los conductores como entre los ciclistas… aunque no lo comparto.

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